a veces estoy humano...

Pero el meao con jarabe de palo y de adorno la margarita mi arritmia lo malo y me vuelve un gusano de tekila sensible al trago tosco de un ser tan mundano que lleva al desalojo de la eskina de la mezkindad y me vuelve humano...

a Victoria... (espero que no lo vivas...)

Una niebla está apareciendo por debajo de la puerta.
¡Mamá! Haz que se vaya, que me lleva.
¿Mamá, dónde están tus abrazos? ¿Dónde?
… ¿A dónde iré a parar, a dónde?
La niebla va llegando por debajo y no llegas…
Me escondo y me quiero cubrir pero no puedo,
Pienso en ir a verte y las piernas no van a ti…
No me obedecen y se quieren quedar aquí.
Mamá ven de prisa que llegó debajo de la cama.
Pero el olor es cautivante y me tranquiliza.
¿Es un embrujo, una fórmula para tranquilizarme a la partida?
Y tú no llegas, te grito en mi pensamiento y no respondes,
La niebla, no es niebla, es fragancia…
Y ya no te llamo, ya no quiero escapar…
Quiero que te quedes siempre…
Yo soy parte de esta fragancia que me abraza y besa.
No me dejes, no te vayas…
Esta despedida no quiero que termine…
Mamá… No te vayas…

Otro cuento...

Tuve un cuento que no vendí,
reconozco que lo perdí adrede,
reconozco que no es muy mío,
pero englobé mis sentidos.

Cada ángel llenó un poco,
cada estrella situó su frase,
cada amigo un párrafo tonto,
y acabé entendiendo que no era mío.

Pero siempre existe una que corona,
siempre la mirada perdida,
y caía inexcusablemente en cada hoja,
y retrocedí a mi página favorita.

No me culpen por leerla siempre.
Díganme qué hacer si no la escribí,
pero el tintero no se llena de hojas blancas,
así que me propongo a escribirla.

Vientos del este

He visto tus imperfecciones,
me agradan, no me desviven,
has visto mis imperfecciones,
tan tuyas que tú decides.

Reacciono mal ante las negaciones,
y me miro y te converso,
y me miras y te ríes de mí,
con las fracciones de coqueto; que perdí.

Tu mueca, tu sonrisa, tu mirada,
tu vuelta, tu misma risa triada,
tu gusto por la nada, tus cornisas,
tu prisa en dejar las cosas claras.

La pérdida tras tu gesto de victoria,
ella agoniza del pasado en que me fui,
ella no perdona ni cree en la madurez,
los espectros dominan tu pensamiento,
yo hoy ofrezco mi calidez y entendimiento.

Hoy

Que hacemos dos tan distantes,
si este lugar ya es tan grande,
que hacemos tan callados,
siendo tan pocos acá.

Si hacemos otro pedido,
mirándonos fijos, vivos.
Tú bien acompañada,
yo soñando en tu almohada.

Otra melodía nos ponen,
otra armonía perdida,
volteas muestras interés
y tu acompañante festeja.

Este bar es más pequeño,
y tú estás tan lejos,
él se retira un instante
y no sentimos tan cerca.

Veo tu sudor claro
que escondes abanicando tus manos.
Llega él y tan lejos has ido
sentada ahí y mejor me voy,
con lo caballero que soy.

Qué Será?

Qué será de la estrella guía,
Y del mar sin ella.
Qué será de la luz nocturna,
Y de la noche sin ella.
Qué será del suspiro inhalado,
Y de la ilusión sin eso.
Qué será del agua relajante,
Y de la boca con sed.
Qué será de las cadenas frías,
Y las muñecas que la necesitan.
Qué será de la verdad,
Y de lo que nunca me das.
Qué es de creerte,
Y de leerte sin leer.
Qué es de la muerte,
Y de la melodía asfixiante
Qué será de tu vida.
Y de lo que no será…

Entiendo; Calla.

Entiendo; calla.
Mira los cielos volubles de ser reales,
mira los cantos quietos en sus nidos,
mira los árboles que callan sus trinos,
mira la sonrisa ajena y siéntela tuya.

Entiendo; calla.
Cree creer que los cierto es perverso,
piensa que los relojes nos esconden sus horas,
dile a las monjas que hablen sus secretos,
pídele a luna que no cuente las verdades todas.

Entiendo; calla.
Deja que los niños crezcan sin el pavimento,
sueño en barcos atlánticos desvaneciendo,
deja ir los comentarios a reproducir engaños,
sustenta tus negativas por no ser un extraño.

Entiendo; calla.
Recuérdate en vidas mejores por nostalgias,
rehúye la instancias donde gano sin estar,
convence a tus juzgados de no amar,
respira, atiende tus deseos e implicancias.

Entiendo; habla.